Conoce los diferentes tipos de grasa en el jamón

El jamón ibérico es una auténtica delicia de principio a fin. Además de su rica y delicada carne, las lonchas cuentan también con su parte de grasa. ¡No se te ocurra retirarla! Allí es donde reside el sabor. Hoy en Grupo Julián Becerro os contamos todo lo que tenéis que saber sobre los tipos de grasa en el jamón.

La grasa es necesaria para un buen jamón

La curación del jamón es fundamental. La carne ha de ser buena, además de que los procesos tienen que estar perfectamente controlados. Sin embargo, el jamón no sería el manjar que es sin su grasa.

Además de aportar jugosidad a cada bocado, en ella se conservan aromas, texturas y sabores únicos e irrepetibles.

Los diferentes tipos de grasa en el jamón

Dentro de una pieza de jamón podemos encontrar diferentes tipos de grasa.

Por un lado, está la grasa que recubre la pieza, o grasa de depósito.

Por otro lado, podemos apreciar la grasa intermuscular, que se halla entre diferentes grupos musculares.

Por último, tenemos la grasa intramuscular, que es la grasa que se infiltra dentro del propio músculo. Esta es la que más valor presenta de todos los tipos de grasa.

La delicada grasa infiltrada

Dentro de los diferentes tipos de grasa en el jamón, la más apreciada es la intramuscular o infiltrada. Su finalidad es la de mejorar la apariencia y textura del jamón.

Esta grasa aporta brillo al jamón y le da ese aspecto único veteado. Además, tiene la misión de aportar jugosidad a cada loncha. La grasa funde al calor de la boca, dando lugar a una explosión de sabor única.

La calidad de esta grasa infiltrada depende de la genética del cerdo (la raza y su pureza) y también de su alimentación.

Las propiedades antioxidantes de las bellotas y los pastos, hacen que los cerdos que los toman presenten grasa de mejor calidad.

El veteado es símbolo de calidad

A ojos del consumidor, un jamón con un buen veteado es de mejor calidad que uno que no lo tiene. Sin embargo, hay jamones blancos que presentan veteado por sus características genéticas, pero no son ibéricos.

Puede darse el caso de que un jamón blanco tenga más grasa infiltrada que uno ibérico. Para diferenciarlos, la mejor opción es probarlos.

Al gusto, el jamón ibérico deja un recuerdo de sabor y aroma que perduran más tiempo que en el jamón blanco. Tampoco la textura es igual.

Como veis, la grasa del jamón es un elemento indispensable para  que pueda tener su sabor y calidad. En Grupo Julián Becerro ofrecemos a nuestros clientes siempre los mejores jamones para que disfruten de una experiencia sensorial única y completa.