Disfrutar de un jamón ibérico es una verdadera delicia de principio a fin, de hecho se convierte en todo un ritual para los amantes del plato estrella de la gastronomía española. Pero, ¿qué pasa cuando terminamos el jamón? ¿Qué hacemos con el hueso? Hoy os enseñamos recetas y  trucos para aprovechar el hueso del jamón.

Preparar el hueso del jamón

Lo primero que hemos de hacer es preparar el hueso del jamón. Para ello, retiraremos todos los restos de carne que podamos y los reservaremos para utilizarlos en nuestras preparaciones. Pueden parecer trozos insignificantes, pero darán un toque de sabor muy especial a diferentes platos, a modo de tacos o virutas.

Una vez bien limpio el hueso es conveniente cortarlo en trozos de unos 8-10 cm de longitud como máximo. Para ello, echaremos mano de una buena sierra para hacer los cortes limpios. Si no tenemos las herramientas adecuadas, podemos pedir ayuda a nuestro carnicero de confianza.

Si no vamos a utilizar los huesos en ese momento podemos meterlos en bolsas de conservación o filmarlos bien con papel transparente de cocina y congelarlos individualmente, así podremos recuperarlos rápida y cómodamente cuando tengamos que usarlos.

Guisos con el hueso de jamón

Uno de los platos más tradicionales de España es el cocido, en sus diferentes variedades.  Casi todas las recetas incluyen un hueso de jamón, que aporta sabor y que si además conserva algo de carne adherida, se convierte en un bocado ciertamente delicioso. También se utiliza para los potajes de garbanzos y otros platos de puchero. Sin duda, una de las mejores formas para aprovechar el hueso del jamón.

Caldo y caldo concentrado de jamón

La forma más versátil de aprovechar el hueso de jamón es preparar un buen caldo con él. La variedad de recetas es infinita y con pocos ingredientes obtendremos resultados deliciosos. Os dejamos unas instrucciones muy sencillas para preparar un caldo de jamón que nos servirá como base para numerosas preparaciones.

Para prepararlo solamente  necesitaremos 3 o 4 huesos de jamón (dependiendo del tamaño en que los hayamos cortado), agua, una buena cacerola y un colador.

Lo primero que haremos es blanquear los huesos dos o tres veces.  El proceso es sencillo y consiste en poner en agua los huesos hasta que rompan a hervir y suelten las impurezas del hueso. Es importante repetir el proceso dos o tres veces hasta que veamos que ya no salen casi impurezas (o no salen directamente).

Una vez blanqueados, los coceremos en abundante agua. Para esa cantidad de huesos usaremos aproximadamente dos litros y medio de agua, dejándolos cocer unas dos o tres horas. Deberemos retirar toda la espuma blanca y la grasa que vayan soltando los huesos.

Pasado el tiempo de cocción, colaremos el caldo y ya lo tendremos listo para múltiples recetas. Si lo queremos concentrado, prolongaremos la cocción hasta que la cantidad de agua se reduzca a la deseada. Tened precaución porque en cuanto menos sea el agua restante, más concentrado y salado quedará el caldo.

Preparaciones a partir del caldo de jamón

Una vez que tenemos listo nuestro delicioso caldo de jamón, podemos utilizarlo para realizar muchísimos platos, como un caldo de jamón con verduras, salsas, platos de carne guisada, croquetas de jamón, etc.

Esperamos que con estos consejos sepáis mejor cómo aprovechar el hueso del jamón.